Treinta mil votos se cuentan en una tarde sin ningún problema, no en 7 días como sucedió en Frente Amplio. Se argumentó un conjunto de problemas en una mesa en determinado lugar, es decir, cada agrupación que conforma el frente haciendo gala de viejos vicios de nuestras elecciones democráticas.
Se indica, por varios medios, que dicha demora obedeció a la necesidad, del dueño del logo político, de reducir las distancias porcentuales en los resultados de la votación, dado que todo el mundo sabía que el triunfo no le favorecía, debilitando su capacidad de negociación al interior del movimiento político.
En ese contexto y correlación de fuerzas al interior del frente, nos hace pensar en qué le espera a la candidata a la presidencia del país. Con la proclamación de Mendoza como precandidata (lo más probable) sale del escenario político en el corto plazo; me explico, aun cuando el Frente Amplio pretende copar el espacio dejado por el humalismo, la agrupación Únete tiene el mismo propósito, por tanto hay una disputa política que afecta a las dos agrupaciones reduciendo drásticamente sus posibilidades de éxito.
Mendoza solo podrá ser la candidata presidencial no puede correr para el congreso, en ese sentido Arana será el primer vicepresidente y copara con los correligionarios de Tierra y Libertas las primeros puestos de las listas congresales en todas las regiones del país, por eso la necesidad de quedar segundo y no muy lejos de Mendoza, le permite lograr su propósito político de llevar más de 20 congresistas del movimiento Tierra y Libertad que desde años atrás tiene fiado, consolidándose como una fuerza política con poder, que hoy no tiene.
Además, Mendoza no tiene una agrupación política de carácter nacional que le de soporte, de tal manera que Arana la tendrá copada y acorralada sin capacidad de acción propia; Tierra y Libertad ya demostró su capacidad de acción (violenta) en los movimientos anti mineros en el Perú. Dicha posición aun no ha sido deslindada por Mendoza y solo nos propone un discurso ecléctico que busca unir y sumar en el proceso electoral, pero que (si el Frente lograra ganar las elecciones generales) jugara en contra de ella y a favor de Arana.
La posibilidad de consolidar un movimiento de izquierda en el Perú, vuelve a quedar inmersa en un campo de batallas mezquinas que alejan, indefinidamente, una alternativa que el pueblo peruano aspira, pero que los dirigentes no dan la talla. Desde la década de los cincuenta y más atrás, todos sabemos que el problema principal es de distribución del ingreso, hoy constatamos que el mercado no ha sido la panacea que nos vendieron y las distancias en el ingreso de los peruanos son abismales, la precariedad en el trabajo abarca a dos tercios de la población peruana, la panacea del emprendimiento individual hoy sabemos es una manera encubierta de desempleo en el país, en ese contexto no se augura una posibilidad concreta a la candidatura de Veronika Mendoza.
